EL TIEMPO PASA. EL BOTOX TAMBIEN.

El fin de semana pasado se casó Nicole Kidman y las fotografías que se han podido ver de la novia llegando en coche a la iglesia, me han sugerido este post sobre el paso del tiempo.

La gente cambia, es un hecho que físicamente una persona no es la misma a los 15, 25 o 35 años. Cada edad tiene su encanto, pero hay que saber llevar bien ese paso de tiempo porque la belleza de un rostro no consiste en ser perfecto, sino en su armonía.

Hay profesiones, como la de actor, que basan gran parte de su éxito en el físico de la persona. Hasta aquí correcto. Pero un actor es un intérprete, tiene que transmitirnos vida, sentimientos, alegrías y penas y todo ello deja huellas en el rostro y la mente; eliminar esos rastros conlleva mermar la credibilidad que todo actor debiera tener. No estoy en contra de ciertos retoques, pero por favor, que sean favorecedores para el destinatario.

Nicole Kidman de jovencita era regordeta, con pecas, con el pelo rizado. Con unos buenos asesores de imagen consiguió estar guapísima, con estilo y encanto. Con un exceso de botox y cirugía ha coseguido perder expresividad, belleza y en cierto modo,parte de sí. Espero que pueda reconciliarse con su tiempo.

Las fotos ya las habeis visto. El tiempo pasa, vuela, es implacable, nadie puede pararlo. A pesar de todo, quiero a mis incipientes arrugas fruto de 25 años de vida y espero decir lo mismo dentro de otros 25.

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