A VECES LEO EN EL METRO...

El lenguaje aderezado es tremendamente persuasivo y engaña el alma. Pero el engaño poético del alma es de tal naturaleza que el engañado es más justo y más inteligente que el que no se deja engañar.


Gorgias de Leontinos dixit, filósofo griego escéptico rallando lo nihilista, que postulaba que no existe ninguna realidad, que si existiera no la conoceríamos y aunque llegásemos a conocerla no podríamos transmitirla.


Eso me pasa por empezar a leer la Poética de Aristóteles...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Genial! Muchas veces he dicho que mi capacidad para el entusiasmo y para dejarme engañar contribuye a lo que hay de mejor en mí.

Sigue leyendo esas cosas, que es bueno para todos.

¡ah...! Y he visto algunos ratos de RIS (que es lo más que suelo ver). Me gustan "algunas" series (y películas) que se hacen aquí: lo siento por algunos sindrogámicos, que saben más de estas cosas y proponen series americanas, pero siempre tocan algo más cercano y varias se hacen ya con bastante dignidad.

Calthar dijo...

Creo que Gorgias hizo una extraña mezcla y más que la filosofía (aunque en cierto modo,en la filosofía todo entra porque claro, en realidad todo es filosofía, asi que acabó haciendo un bello ejercicio de deconstrucción y replanteamiento de la realidad...lease "empanada mental"...^_^), buscaba la retórica, que por otra parte era una ciencia muy admirada entre los griegos. De Demóstenes se decía que era un gran retórico -entre otras leyendas- porque era capaz de convencer al mismo auditorio sosteniendo a la vez una opinión y despues sosteniendo el planteamiento directamente opuesto- con lo cual se veía que el orador no creía lo que decía, pero daba igual, porque era un "artista" de la palabra y convencía contra toda evidencia...y esos eran sus "superhéroes".Que joíos.

pues yo tuve la sensación con este de que eso era justo lo que intentaba,jugar con los conceptos y las palabras.

Lo sé,lo sé,aburro,dejo ya de soltar el rollo. Me encanta el colorido y la estética de tu blog.Mola.

Y también Gorgias.

Chao.