VIAJE A NINGUNA PARTE

Esta mañana en el metro me he dado cuenta que viajaba en un tren fantasma. Gente pálida, ojerosa, cayéndose de sueño por las esquinas, con miradas tristes y profundas...Nadie habla, nadie comenta, la gente simplemente bosteza, simula que lee o que escucha música a un volumen demasiado alto.

Lo peor es que te miras en el reflejo de la ventana de algún vagón y... ¡Eres uno de ellos!. ¡¡Socorro!! Desde aquí afirmo que levantarse pronto para currar no dignifica, sólo envejece.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vivir envejece, y contra eso poco podemos hacer. :D